viernes, 26 de junio de 2009

En Ecuador el helado artesanal es el mas cotizado


Helados caseros y artesanales, los más cotizados

Cuando se compra un helado por primera vez, la vista es la primera en decidir lo que el gusto probará. De ahí en adelante el usuario decidirá si se convierte en cliente o no de la heladería.




Cuenca. ¿Por qué la vista? Por ser el primer contacto con los colores y sugestivos nombres de los helados que ofrecen las tiendas pequeñas y los grandes locales.


Es así como funcionan las heladerías en la ciudad. Algunas que nacieron hace cuatro y tres décadas se hicieron famosas de “boca en boca”. Otras emplearon el medio publicitario sin invertir mucho dinero.


Las más visitadas se encuentran en el casco colonial, pero también en los barrios tradicionales de Cuenca. Se han convertido en negocios familiares.


Todas ofrecen helados de los más variados sabores y tamaños, elaborados en su mayoría con la misma materia prima: leche pura, crema de leche, leche condensada, azúcar, frutas ácidas y dulces. Sin embargo, se diferencian por es su calidad, sabor y la atención a los clientes.


Así lo confirma Oswaldo León, un guayaquileño fiel de los Helados de la Tienda muy conocidos en la ciudadela Álvarez, junto al colegio César Dávila.


León, cada mes que visita la ciudad regresa por Amor Brujo, famoso helado de palito con crema elaborado en el local de propiedad de Beatriz Jaramillo, quien hace 30 años trabaja en la producción de helados caseros junto a su familia.


La tienda Don Vichi, ubicada en la calle río Palora, en Totoracocha, es otro de los puntos donde la gente no ha dejado de ir desde hace 25 años.


La especialidad de Don Vichi son los helados de frutas, coco y chocolate. “Con el tiempo hemos incrementado sabores. El primer helado que ofrecí al público fue uno que probé cuando estaba en el colegio. Lo puse en práctica y he mejorado”, expresa Marta Cantos, de 50 años, dueña del negocio.


Frente a los helados caseros está la gran competencia, los helados artesanales. Se ofrecen en vasos, copas, conos, tulipanes y se venden con mermelada, frutas, galletas y cremas.


En definitiva, son atrayentes para el público “por sus decoraciones, por su estándar de calidad, refrigeración y modo de preparación”, refiere Clara Fontana, propietaria de la heladería Monte Biancco, emplazada en San Blas hace 25 años.


La preparación de helados Monte Biancco es diaria. “Ningún helado duerme para el siguiente día” y pese a que la producción es distinta a la del helado casero por la intervención de la maquinaria, no deja de ser el hombre el que finalmente manipula. En este caso lo hace Manuel Jarama, quien padece una discapacidad auditiva.


Al seguir la ruta de los helados, en la calle Sucre y Hermano Miguel, se encuentra la heladería Rico Coco.


Mercy Zarate lleva 20 años elaborando helados de coco. Junto a sus tres hermanas heredó el trabajo tradicional de sus padres, quienes hace 40 años ya producían estos productos llamativos por su forma triangular. Los vecinos del barrio los consumían después de las jornadas deportivas.


Al sur de la urbe, en la avenida Loja e Isabel Landívar, los helados de chocolate son el fuerte de una pequeña tienda sin nombre. Ramón Mendieta, su propietario, produce 90 helados diarios. Emprendió el negocio hace seis años y prueba de ello es que sus clientes no solo son niños, sino grupos de familias.


Estos son algunos de los puntos preferidos por los amantes del helado en Cuenca. Otros son de Salcedo, los de paila de Ambato y los tradicionales de cono que se venden en carritos ambulantes.



www.eltiempo.com.ec/noticias-cuenca/12322-helados-caseros-y-artesanales-los-ma-s-cotizados/

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